No te ofendas, solo es una broma
A poco que conozcáis el proyecto que nos traemos entre manos, ya os habréis dado cuenta de que con cierta frecuencia hablamos de estereotipos, prejuicios y racismo.
Seguiremos haciéndolo, pues consideramos necesario poner el foco en malas prácticas heredadas para identificarlas, repensarlas, cuestionarlas y actuar en consecuencia; esto es, cambiarlas y, si puede ser, con acciones y no solo con discursos.
Un ejemplo de esos malos hábitos naturalizados, considerados indefensos, bienintencionados e, incluso, con un toque de humor son los racismos cotidianos (nota mental: racismo; no micro-racismo) a los que recurrimos para echarnos unas risas (nota mental: unxs a costa de otrxs, carece de gracia).
En la cabeza se nos agolpan palabras e imágenes para argumentar e ilustrar lo dicho. Pero… creemos que hay momentos en los que, de una vez por todas, toca escuchar y no hablar, entender y no opinar, empatizar y no juzgar, respetar y no sentenciar.
Este es el motivo por el que hoy, en este post, nos limitamos a compartir un artículo escrito por Lucía Mbomío para la revista Pikara magazine: Racismo tipo Torrente. En él, nos invita a reflexionar sobre estas cuestiones con sólidos argumentos. No haremos más spoiler. Pasad y leed.