Vuelta al cole
Esta semana empieza el cole. De nuevo madrugones, carreras, cambios de ropa por derrames imprevistos, berrinches varios antes de salir de casa… pero al final, las inmensas ganas de reencontrarse con compis que llevan casi tres meses sin ver, consiguen vencer los contratiempos anteriores y las emociones salen a borbotones. Hablo de los ciclos de infantil y primaria, no sé yo si el júbilo será el mismo para quienes empiezan secundaria.
El caso es que para las familias, más bien para las madres (seamos realistas), empieza la maratón mucho antes con la compra de libros y material escolar. Si además sois de las que dejáis todo para el último momento, como la que aquí escribe, os podéis imaginar el sprint final.
El caso, es que desde que empecé esta inmersión en la etapa educativa de mis criaturitas (y ya van seis cursos) siempre me ha pasado lo mismo al buscar las cajas de pinturas: imposible encontrar una que incluya diferentes tonos para colorear la piel. Son muchas las papelerías recorridas, año tras año y preguntando en cada una de ellas con el propósito de que se les encienda la luz y ,con un poco de suerte, tener mejor fortuna al año siguiente, pero nada. Al final, siempre me toca recurrir a internet. Y si ya hablamos de la presencia de estas pinturas en los coles, esperando, además, que estén colocadas en un lugar visible y se promueva su uso, ya…
Es algo que sigo sin entender. Hablamos de educación diversa, de igualdad, de interculturalidad (aunque sigo pensando que es un término que en muchos casos se usa a la ligera, sin comprender realmente su significado, su relevancia y su repercusión); sin embargo, luego llegamos a las aulas y seguimos sin ver esos conceptos materializados cuando se trata de referentes y opciones de representación racializadas. Son muy pocos centros educativos todavía los que ponen verdadero interés y empeño en esta cuestión, fundamental para esa igualdad de la que tanto nos gusta hablar. De nada sirve que celebremos días conmemorativos de la paz, de los pueblos del mundo, de África… si luego nos olvidamos de la necesidad de la infancia racializada de verse representada más allá de un día, más allá de estereotipos fútiles y en algunos casos hasta burlescos y denigrantes, ofreciendo una imagen muy distorsionada de su realidad o, simplemente, omitiéndola.
La Educación y la Escuela de hoy en día, no pueden ser como la de hace 40 años, ya no. Que está muy bien eso de las nuevas pedagogías, pero si olvidamos lo fundamental, si olvidamos el derecho de todas las niñas y de todos los niños a tener acceso a una educación respetuosa con su identidad y su realidad, algo no estamos haciendo bien. Así que toca ponerse las pilas. Comienza septiembre y la carrera de fondo se pone en marcha.